Periodistas, reporteros, políticos, tuiteros y hasta los bots deberían entender que hay algo sagrado: la familia.
No hay justificación.
No hay pretextos.
Desde el 2028, la escritora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de López Obrador, condenó el uso de la imagen de su hijo Jesús Ernesto en un reportaje de El Universal titulado “Hijo de AMLO… Recargado y Motorizado”, que derivó en burlas hacia el menor.
En su cuenta de X, antes Twitter, escribió: #ConLosNiñosNo
— Beatriz Gutiérrez Müller (@BeatrizGMuller) October 12, 2018
Años después, en 2023, se publicó un video donde el hijo de Xóchitl Gálvez insultaba a un empleado de un bar ubicado en Masaryk. El joven aceptó el error y ofreció disculpas públicas después de los miles de comentarios que recibió con ofensas y amenazas.
Durante la campaña, la rival de su madre, la hoy presidenta Claudia Sheinbaum fue clara: con los hijos, con los familiares no.
Si el diario más leído del país reconoció el error y borró el artículo de su sitio web, ¿por qué muchos no terminan de entenderlo?
¡Con los hijos, no!
¡Con las familias, no!
La vida de las y los políticos cada vez es más pública y está bien, son los costos del poder. Sin embargo, en la medida en que los medios invadimos la de sus familias, ponemos en riesgo la de todos.
El morbo como pretexto para hacer periodismo existe y es uno de los grandes males del oficio.
No bajemos la calidad del debate público.
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Para mentadas, dudas y amenazas: 2221.60.17.54