En 2019, en un espectáculo nunca antes visto, los vehículos fifís que usaron los ex
presidentes Calderón y Peña fueron subastados en Santa Lucía.
La Cuatroté despedía el despilfarro que protagonizaron los anteriores gobiernos, quienes sin importar las necesidades de los mexicanos, gastaban millones en autos y camionetas machuchonas.
En ese lote, por ejemplo, se dio cuenta de una camioneta Suburban con nivel de blindaje siete plus de 5 millones y medio de pesos.
Ni este penoso show hizo que algunos panistas y priistas cambiaran estas prácticas.
El día de ayer, Adán Domínguez, gerente de la ciudad y uno de los hombres más cercanos al presidente municipal Eduardo Rivera, fue exhibido en un arrebato de soberbia y valemadrismo.
El funcionario se estacionó en sentido contrario y en un lugar exclusivo para peatones frente a Palacio Municipal con total impunidad.
Además, usuarios de redes sociales señalaron que la mica que porta el vehículo propiedad del Ayuntamiento, se utiliza para evadir las fotomultas a ciertas horas del día.
Ni eso pudieron hacer bien.
Por lo menos 7 infracciones por exceso de velocidad, que han sido pagadas con dinero de las y los poblanos, presenta la Chevrolet Tahoe.
La machuchona que maneja Adán, según Mercado Libre, tiene un valor de más de un millón de pesos.
Algo tiene el poder que enloquece a algunos.
Quienes ejercen un cargo en la administración pública deben reconocer lo efímero de éste.
En política, como en la vida misma, la soberbia es mala consejera.
Y así quieren gobernar el Estado.