Ya no son los tiempos en donde todo era amabilidad, abrazos y sonrisas.
Tal vez nunca más lo sean.
Es verdad, el presidente municipal Pepe Chedraui se encontró con una ciudad en pésimas condiciones, abandonada, pero ya no es pretexto.
Nada le ha salido bien. En más de 100 días no hay una sola acción de gobierno que sea su bandera. Las protestas de los policías lo doblaron, las marchas por los parquímetros no paran y la violencia en la ciudad está como nunca antes.
Ahora, ya no quiere responder los cuestionamientos de los medios.
¡Corre, corre! 🏃🏽♂️ 🏃🏻♀️ 💨
— CAPITAL (@CapitalPueblaMx) March 13, 2025
El alcalde de Puebla, @pepechedrauimx, evitó cuestionamientos y salió huyendo⚡️ para evitar entrevistas. pic.twitter.com/HQcOUP7kVF
En lugar de enfrentar de frente los temas de la ciudad y comunicarle a los poblanos qué está haciendo, prefiere esconderse como Lalo Rivera cuando tenía un problema.
Ya no está cómodo.
Ya no es el Pepe que sonreía a las cámaras y abrazaba a la gente en campaña.
Hoy se aplica la máxima: no es lo mismo ser borracho que cantinero.
Y es que todo puede hacer un presidente municipal, menos correr.
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