Publica este miércoles Mario Maldonado en El Universal que el ascenso y caída del Grupo Tabasco sucedió muy rápido. Menos de seis años bastaron para que la cofradía de políticos que crecieron al amparo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se fracturara y, citando al hermano del expresidente, José Ramiro, emanara la “podredumbre”.
El pleito entre Adán Augusto López y Javier May –dos tabasqueños empoderados por López Obrador– no es nuevo, pero ha subido de nivel, al grado de que el segundo acusa al primero de estar relacionado con el crimen organizado; particularmente, de encubrir como gobernador de Tabasco a su entonces secretario de Seguridad, Hernán Bermúdez Requena, quien enfrenta una orden de aprehensión por presuntos vínculos con el crimen organizado.
El ahora líder de los morenistas en el Senado enfrenta una serie de acusaciones por parte de uno de sus sucesores en el gobierno de Tabasco, la tierra del expresidente López Obrador, que pasó de ser un “edén” a un infierno controlado por el crimen organizado, además de ser un laboratorio de la corrupción al más alto nivel, sobre todo por los más de 21 mil millones de dólares que se la han invertido desde el 2019 a la fecha a la Refinería de Dos Bocas.
Adán Augusto López pasó de ser gobernador de Tabasco a secretario de Gobernación, luego uno de los aspirantes presidenciales para terminar siendo el coordinador de los morenistas en el Senado. Durante su paso por estos cargos acumuló poder económico y político. Tal vez no hay tabasqueño que haya generado más riqueza y amasado más poder político que él: relaciones con casineros, con los contratos de la refinería Dos Bocas, con empresarios de medicamentos, de obra pública y coleccionistas de arte, entre muchas otras. Eso fue lo que lo terminó distanciando de López Obrador.
Por su parte, su enemigo favorito, Javier May, tampoco pasa la prueba del ácido. Su camino como director del Fonatur y del Tren Maya –el otro proyecto fallido del gobierno de AMLO que costará unos 28 mil millones de dólares al erario– lo tienen en tela de juicio, además de su cuestionado desempeño como secretario de Bienestar de 2020 a 2022. Pese a todo, le arrebató a Adán Augusto y al gobernador interino que los sustituyó, Carlos Manuel Merino, la candidatura y gubernatura de Tabasco, para gobernar de la mano de lopezobradoristas, empezando por el hermano del exmandantario, José Ramiro, y por el secretario de Salud, Alejandro Calderón Alipi, del grupo de amigo Andrés Manuel López Beltrán.
Otro de los funcionarios del gabinete de May, del llamado Grupo (o clan) Tabasco, es el secretario de Finanzas de la entidad, Julián Enrique Romero Oropeza, quien es hermano del exdirector de Pemex y actual titular del Infonavit, Octavio Romero, su aliado. Este último también ha sido acusado de generar uno de los daños patrimoniales más profundos a Petróleos Mexicanos, además de haber entregado por adjudicación directa o por invitación restringida más de 70% de los contratos de la petrolera, de la mano del también tabasqueño Marcos Herrería.
Octavio Romero carga con un amplio descrédito por el mal funcionamiento de Pemex durante los seis años que la dirigió, en los que cayó la producción, se dilapidaron cientos de miles de recursos en la refinación sin dar resultados, se incrementó exponencialmente la deuda financiera y con proveedores, y se vio envuelto en señalamientos de presunta corrupción. Pese a todo, la Presidenta Claudia Sheinbaum lo nombró titular del Infonavit, desde donde ahora se plantea construir 500 mil viviendas para derechohabientes como parte de un programa más amplio de un millón de viviendas. Se espera que las primeras 160 mil casas inicien su construcción entre febrero y junio de 2025.
El hecho es que el Grupo Tabasco se fracturó a dos o más corrientes, todas cercanas a López Obrador, quien parece ser el último gran exponente de dicha cofradía. No se espera que ninguno de sus principales integrantes tenga un futuro político promisorio, dados sus escándalos. Y a la Presidenta no le queda más que consecuentarlos. Nada que ver con los también muy polémicos y criticados grupos priistas de Atlacomulco e Hidalgo.