Nada podía detener la aplastante derrota de Eduardo Rivera y compañía. La ola de Morena fue un auténtico tsunami político, nunca antes visto en este país.
Parte de la culpa de la derrota la tienen las y los que daban una cara de un lado, pero operaban por el otro.
Los traidores, pues.
Un caso digno de destacar es el de Vanessa Janette Rendón Martínez, actual regidora del PRD e hija de Julián Rendón Tapia, último dirigente perredista en el municipio, quien dos semanas después de la elección ya estaba echándole porras a la próxima presidenta de México, en el evento de juventudes con Claudia Sheinbaum.
No sólo fue la campaña de brazos caídos en el distrito 6, sino que su padre, Julián Rendón, entregó la estructura y estrategia a su rival, Alejandro Carvajal.
La regidora, que también iba en la planilla de Mario Riestra, nunca hizo campaña por instrucciones de Rendón Tapia quien ya traía acuerdos del otro lado.
Mientras Mario Riestra y su equipo se partían la madre, Julián Rendón y su hija vendían la estrategia.
Por eso ya tienen un lugarcito para lo que viene.
Con razón el perredista arrobaba mal a Riestra Piña en sus tuits. Con razón nunca hizo campaña.
Con razón el PRD desapareció.
El que traiciona una vez, traiciona siempre. Es cuestión de tiempo para que lo vuelvan a hacer.