El anuncio dado a conocer esta semana por los líderes de los partidos que conforman la “Alianza va por México”conformada por el PRI, PAN y PRD donde hicieron público su compromiso de contender juntos en las elecciones a gobernador del Estado de México y Coahuila en este 2023, donde llevarán mano los candidatos impulsados por el PRI, a cambio de que el PAN tendrá preferencia para proponer a los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y de la Presidencia de la República en las elecciones de 2024, es finalmente un anuncio que después de que los legisladores del PRI votaron a favor de que el Ejército y las Fuerzas Armadas continuaran llevando a cabo labores de seguridad en el país hasta 2028, como lo había propuesto Morena y sus aliados, peligraba debido a la inconformidad del PAN y PRD que se oponían a dicha reforma y que lo consideraron como una traición a sus acuerdos.
Otro de los elementos que también puso en riesgo la continuidad de la Alianza, fueron las amenazas de la fiscalía de Campeche a “Alito” Moreno, al abrirle varias carpetas de investigación por delitos cometidos durante su gestión como Gobernador de dicho Estado y la difusión de diversos audios por la gobernadora Layda Sansores en su programa “La hora del Jaguar”, donde se presume que llevó a cabo diversas actividades para beneficiarse en lo personal y cometer diversos delitos; incluso se llegó a plantear solicitar su desafuero para ser procesado, lo que derivó en que se llegara a pensar, que con ello el PRI buscaría una negociación con el gobierno federal y el presidente López Obrador para frenar dichos procedimientos a cambio de que el PRI abandonara la Alianza opositora, lo cual finalmente no ocurrió.
Independiente del anuncio de la “Alianza va por México” de la forma en que participarán en los próximos procesos electorales, es necesario reflexionar en el hecho de quienes han sido los artífices de lograr conjugar intereses y grupos antagónicos, que hasta hace unos doce años parecieran irreconciliables al respecto han jugado un papel clave empresarios como Claudio X. González Guajardo, hijo del magnate del mismo nombre y Gustavo de Hoyos, expresidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), quienes lograron integrar a los tres partidos PRI, PAN y PRD y que hoy se unen con un objetivo en común: derrotar a Morena y a AMLO, primero en las elecciones de 2023 y finalmente en la gran elección de 2024, donde se pondrá en juego el futuro del país, para los próximos seis años, donde los mexicanos decidirán si votan por la continuidad del proyecto de la cuarta transformación de Morena o si deciden cambiar el rumbo y regresar al modelo neoliberal representado por los partidos que conforman la alianza y que ya han gobernado el país, desde las presidencias de Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León del PRI, Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón del PAN, hasta Enrique Peña Nieto del PRI.
Las elecciones intermedias de 2021 dejaron como lección a la Alianza, que sólo unidos podían realmente poner en jaque el gran apoyo y popularidad del Presidente, virtual líder de Morena y de la 4T y que a pesar de que no pudieron arrebatarle la mayoría simple en la Cámara de Diputados, en bloque y sin sus votos sí lograron quitarle la mayoría calificada para la aprobación de las reformas constitucionales como la energética y la electoral que demostraron que como grupo podían frenar reformas cuyo objetivo era beneficiar los proyectos del Presidente y garantizar la continuidad de su gobierno.
Uno de los objetivos a lograr por la Alianza será integrar al partido de Dante Delgado, Movimiento Ciudadano a este bloque opositor, el cual de haberse dado en la elección de 2021 hubiera representado arrebatarle la mayoría de las diputaciones a Morena y sus aliados PT y PVEM y con ello poder incidir en la aprobación del presupuesto de ingresos y egresos federal; por ello es fundamental que Movimiento Ciudadano defina su participación ya sea del lado de Morena y aliados o del lado de la Alianza va por México, ya que de no hacerlo, por ahora se ve muy difícil y lejano que pueda convertirse en una tercera fuerza que represente una opción distinta a las dos anteriores.
El papel que puede jugar Movimiento Ciudadano es trascendental para el resultado de las elecciones de 2024, ya que incluso participando en forma independiente a las dos grandes alianzas, la votación que obtenga puede ser la que dé el triunfo a una de ellas, al restarle a la otra y por ende la más beneficiada en mi opinión sería Morena y sus aliados.
La elección del Estado de México será un buen termómetro para medir las preferencias electorales con vistas a las elecciones de 2024. El peso que tiene dicho estado en el padrón nacional de electores es de los más importantes y junto con la Ciudad de México representan un número muy significativo de cara a la elección presidencial.
Por ahora una de las tareas que más complicaciones dará a la Alianza va Por México es definir al candidato o candidata a la Presidencia de la República y a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, primero por el hecho de que si se inclinarán por uno de sus figuras prominentes o bien si abrirán la puerta a perfiles ciudadanos provenientes de organizaciones de la sociedad civil, que permitan a los electores olvidar los agravios y escándalos de corrupción que tanto PRI, PAN y PRD dejaron en los últimos gobiernos.
Conocer, ¿cuáles serán las bases sobre las que se construirá la Alianza? ¿Si de ganar las elecciones conformarán un gobierno de coalición? Y sobre todo ¿qué son capaces de ofrecer al electorado para que de nueva cuenta puedan conseguir su voto?
La tarea que tienen por delante tanto Morena y sus aliados, como la Alianza va por México, no es sencilla; sin embargo, lo que hoy ya tenemos enfrente son los dos proyectos que regirán el país en los próximos años: continuidad de la 4T o cambio de rumbo y retorno al modelo neoliberal.