En política los amigos son de mentiras y solo los enemigos son de verdad. Por eso, un par de funcionarios de la actual administración municipal andan preocupados.
Y hacen bien en preocuparse.
Saben lo que se comieron y temen que algunas posiciones clave en el próximo trienio queden en manos de sus enemigos políticos, como seguramente ocurrirá.
Están haciendo de todo para tirar esas fichas, pero no les va a alcanzar.
Los carniceros de hoy serán las reses del mañana, reza la máxima.
En los debidos procesos no cabe la venganza sino la justicia.
En una de las áreas con más irregularidades y que ya está en el ojo de la próxima administración, se manejó demasiado dinero en cash.
Muchos millones.
Semana tras semana se cobraban las cuotas en efectivo.
La soberbia y la ambición se apoderaron de la dirección del área. El cachete alcanzó a salpicar a todos, incluso a los de hasta arriba.
Y lo peor: sabían que se jugaban el pellejo en la elección.