Los que se indignan por una ley que castiga a los que insultan, injurian, ofenden y agravian desde el anonimato, son los mismos que insultan, injurian, ofenden y agravian escondidos en la impunidad y anonimato que les dan las redes sociales.
Por fin, el ciberasedio será castigado en Puebla.
Vaya que urgía.
De uno a tres años de prisión, con una multa de 5 mil 650 pesos a 28 mil 250 pesos, será la sanción para la violencia digital en el Estado.
Desde el 6 de noviembre del año pasado, la propuesta fue presentada por el hoy coordinador del gabinete, José Luis García Parra, cuando era diputado, porque los posteos que afectaron imagen, prestigio, honor y que difundieron hechos falsos de decenas de políticos ya eran —y son— excesivos.
El 02 tiene claro que el Estado no puede renunciar a su obligación de establecer reglas que procuren el equilibrio y protejan a la sociedad.
El acoso digital es violencia que puede destruir reputaciones y afectar gravemente la vida de una persona.
La impunidad, con la que hasta ahora se manejan, no debe tener lugar en el mundo digital poblano.
Ya no.
En las redes tienes derecho a opinar y disentir, pero ese derecho termina donde empieza la dignidad del otro. No confundan libertad de expresión con licencia para agredir y pisotear a los demás.
Publiquen y defiendan sus ideas, no insultos disfrazados de opinión.
Y no, no es censura, se trata de límites.
Hasta hoy, algunos creyeron que estar detrás de una pantalla los hacía intocables.
Habrá que ver cómo les queda el traje caqui.
Al tiempo.
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