Bien dice esa frase “siempre hay un negrito en el arroz”.
Al menos eso se puede percibir con Alejandro Carvajal al interior de Morena, quien insiste en no darse por vencido y que sea él quien encabece la coordinación municipal en defensa de la Cuarta Transformación en la capital poblana y no el empresario Pepe Chedraui, como todo apunta.
¿Pero, qué hay detrás de esa gran necedad del morenista?
No es por ser un fundador del movimiento en la entidad y fiel a Andrés Manuel López Obrador. No.
No es por seguir los principios de la 4T: no robar, no mentir, y no traicionar al pueblo, según. No.
No, nada de eso.
Me cuentan que el aún diputado federal, en su afán de ser candidato a la presidencia municipal de Puebla, y para armar su estructura de supuesto apoyo, prometió y prometió mucho a sus seguidores.
Así como lo lee, a los que lo respaldan ya les había jurado algunas posiciones políticas, ya sean dentro de su equipo, como funcionarios municipales o como regidores, incluso.
Ahora entienden su terquedad por querer ser el coordinador municipal de la cuarta transformación en la capital, que hasta marchas chafas organiza. Vaya, qué cinismo.
En redes sociales, Lalo Rivera va ganando
Dirán misa, pero hasta entre morenistas admiten que la estrategia que realiza el precandidato del Frente, Eduardo Rivera Pérez, es muy buena y atractiva.
Por ejemplo, en Facebook, el panista supera por mucho al morenista en reproducciones de sus videos.
En la precampaña, Rivera Pérez reportó visualizaciones de 2 mil 225 reproducciones, 28 mil 493 reacciones y 3 mil 034 comentarios.
Mientras que, Alejandro Armenta logró en ese mismo periodo, mil 777.2 reproducciones de sus videos, 28 mil reacciones y 6 mil 580 comentarios.
Hay que aclarar que los “bots” no votan, y ya se verá en las urnas el dictamen final.