El 8 de septiembre del año pasado, Fernando Cortés Betanzos hizo público que se separaba de la Coordinación de Comunicación Social del Ayuntamiento de Puebla para “atender temas personales”.
“Siempre será un gran honor trabajar por mi querida Puebla”, tecleó al final del tuit.
Se despidieron de él, faltaba más, algunos de sus beneficiarios: Vicky Fuentes, Víctor Cabrera, La Jungla de Mariano y Erika Rivero, entre otros.
Para variar, no explicó el porqué de su salida.
El pasado 3 de abril, 239 días después de la renuncia obligada, una joven de 22 años presentó una denuncia contra Fernando por presunto abuso sexual. Exigió justicia y que el incondicional del candidato a la gubernatura por Mejor Rumbo para Puebla pise la cárcel.
Como es costumbre en el equipo de Eduardo Rivera Pérez, la lealtad es la única condición para caminar con el ex presidente. Por eso, Fernando Cortés ya está sumado —otra vez— al equipo de comunicación del panista, aunque sin cargo oficial.
Ya opera campañas de lodo, como lo hizo en el proceso pasado.
Hay audios y pantallazos del acoso del comunicador contra la joven.
Es cuestión de tiempo para que se publiquen.
Nunca es buen acompañante de los cargos públicos el maldito alcohol. Y menos en exceso.