Bibiana, Raquel y Angie son tres artistas radicadas en Puebla que, pese a pertenecer a distintas épocas, coinciden en que culturalmente se han impuesto muchos obstáculos a las mujeres para su desarrollo personal y profesional.
Todas han sido testigas directas de las distintas discriminaciones o agresiones contra su género, como acosos, menosprecio a sus creaciones o exigencias para subir al escenario que no se les harían a los hombres.
Cualquier ejemplo de los antes mencionados evidencia la extensa lucha histórica que el sector femenino ha tenido que sortear para incursionar en diferentes disciplinas artísticas como las que ellas desempeñan: fotografía, literatura y música.
Entre clics de ensueño, horas y horas de buscar a las musas de la inspiración y partituras de melodías que exponen las dolencias de las mujeres, cada una se da el tiempo para hablar con esta casa editorial sobre sus historias personales y emitir sus opiniones sobre quienes las antecedieron.
Bibiana Díaz es fotoperiodista de El Sol de Puebla, que lleva inmersa en el mundo de las imágenes por lo menos un cuarto de siglo, conociendo cada una de las facetas tanto del proceso analógico como del digital.
Sabe los detalles de ambos mundos desde que aprendió revelado de rollos con su colega Raúl Rodríguez y refiere que históricamente se le ha otorgado libertad a las mujeres para expresar sus emociones, pero a cambio de ello se les ha limitado o reprimido en otros ámbitos de la vida.
Raquel Hoyos es una escritora y cuentista feminista, que actualmente se ha posicionado como una de las plumas más activas y reconocidas del estado tanto por autoridades municipales y estatales como por los lectores. Autodeclarada como una admiradora de la Ciencia Ficción, cada uno de sus textos combate los anacronismos culturales que se siguen reproduciendo contra las mujeres.
La responsable de la obra “Maldita” comenta que el género que maneja antes era exclusivo para varones considerados grandes escritores, adentrándose al mismo gracias a otras mujeres que le precedieron, las cuales se dedicaron a contar historias que a ella le interesaba leer.
Angie Rocker resalta por la voz portentosa que le aporta al rock poblano y porque, a través de sus melodías, habla o trasmite las cosas que le atraviesan, le duelen, le lastiman.
También es una promotora incansable de que la ciudadanía se acerque a descubrir la música de todas las compositoras, de todos los géneros, para entender los motivos por los que están enunciando ciertos discursos.
Bibiana Díaz y el fotoperiodismo: “Yo creo que la única diferencia que le encuentro con la de ser hombre es la diferencia que nos han marcado culturalmente”
1) ¿Cuál es tu nombre completo y desde hace cuánto tiempo te dedicas a la fotografía?
Me llamó Norma Bibiana Díaz Castro y estoy en foto desde el 98; inicié en el 98 revelando rollos.
2) ¿Ha sido fácil o difícil incursionar en la fotografía?
El periodismo es un espacio cerrado, es muy reñido y antes creo que lo era más, más allá del género, como por la construcción de un grupito; sí se hacía un bloque, tenías que entrar por medio de alguien.
En mi caso, fue por una chica que estudiaba Historia, que se llama América Rocío, que también es fotógrafa. Nos conocimos en la escuela, ella estudiaba Antropología y de ahí ella fue la que me presentó a los compañeros y eso fue lo que me abrió el ingresar a este medio y hacer mi tesis sobre ellos, pero la necesidad también me marcó otra cosa.
Entonces, necesitaba trabajar y ahí contacté a Raúl Rodríguez, fotógrafo, para revelar rollos; yo no sabía revelar rollos, pero ya aprendí y a los pocos meses me dieron mis rollos. Aprendí empíricamente, entonces, no fue tan difícil. En cuanto a género, creo que sí ha sido un poco difícil.
3) ¿Has sentido discriminación en tu oficio debido a que eres mujer?
Creo que tiene que ver mucho con el sexismo, con esta cuestión de que eres o eras como objeto, eras como una cosa que llegabas, y no solo por parte de los compañeros, sino también los lugares donde uno iba a entrar a trabajar: tú dabas el número a los policías y ellos te marcaban, pero no para pasarte eventos, sino para otras situaciones.
Entonces, yo decía que a mis compañeros no les pedían el teléfono para ir a tomarse un café, sino para ir a cubrir eventos, entonces, eso marcaba mucho.
Y entre mujeres, las poquitas que estábamos, sí había mucho el asunto de hacer un teléfono descompuesto y de pensar o decir cosas malas de otras personas.
4) ¿Reconoces el camino histórico de las mujeres para que tú y otras fotógrafas estén ejerciendo sus profesiones?
Claro que sí, definitivamente sí, no solo fotógrafas, sino de todas las cuestiones históricas, el hecho de todas las mujeres que han luchado solo por tener un trabajo: las mujeres que murieron quemadas en una fábrica, las mujeres que lucharon por la Revolución, que no solo son las que tienen el nombre, sino las que no tienen el nombre, toda esta masa invisible que no se ve, pero que le da fortaleza a todos los movimientos y a lo que vivimos hoy.
Y en cuanto a fotografía, pues obviamente, sí, te comentaba de que comencé a buscar y vi mujeres del siglo pasado, como de 1800 y me dejó sorprendida ver cómo las mujeres ya estaban buscando hacer imagen, me di cuenta que ya todo estaba hecho y que había formas de contar la realidad social.
Ahorita, creo que le toca el paso al movimiento de las mujeres, a consolidarlo más, porque aún con todo lo que han hecho, sí vivimos todavía en desventaja.
5) ¿A qué fotógrafas admiras?
Yo, por ejemplo, admiro a todas mis compañeras, las que aquí conozco en Puebla, también otras foráneas, no puedo poner muchos nombres, hay famosas como Koral Carballo, ella ha trascendido muchísimo.
Hay chicas que yo veo en las páginas de internet como Erika Martínez, si no estoy mal, ella es del norte y tiene un trabajo muy impresionante con los migrantes. Entonces, hay muchos nombres que no se me vienen a la cabeza, pero yo veo las fotos de mujeres que están ahorita en la guerra de Ucrania, de las que están yendo a tomar ahorita en Turquía y pues todas las mujeres andan en cualquier espacio.
Tengo la idea de una entrevista de una mujer cubana, de hace muchos años que leí. Cuba no es un lugar fácil y ella lo describía ahí, que era muy complicado y que ella prefería trabajar sola a acercarse con este grupo de fotógrafos.
6) ¿Qué significa para ti ser mujer?
Yo creo que la única diferencia que le encuentro con la de ser hombre es la diferencia que nos han marcado culturalmente, las ventajas que tienen ellos y también desventajas, pero son diferentes. Por ejemplo, nosotros podemos ser un poquito más libres en cuanto a lo emocional, pero tenemos muchas coerciones en otros sentidos.
Creo que nuestras diferencias, un poco además de lo físico, tiene que ver con los límites culturales que nos han impuesto y, entonces, es ahí donde yo percibo la diferencia. Nos han enseñado a pelearnos, a no ser amables entre los diferentes sexos, sino hacer competencias y a ejercer una lucha de poderes. Nos han enseñado estas construcciones y yo lo veo un poco más por el lado antropológico.
7) ¿Crees que aún siguen muy marcados los estereotipos para dedicarse algún trabajo que supuestamente no es para mujeres?
Pienso que los han derribado, porque es más conveniente: somos más mujeres y somos más responsables también, entonces, puede que haya hombres pero quienes deben hacer los trabajos rudos se los van a poner a una mujer, es decir, puedes contratar a un ingeniero, pero él le va a poner lo pesado a las mujeres.
A la fecha, pienso que también estamos entrando en el juego de la competencia y nos estamos desvirtuando un poco; sí creo que debemos buscar más coincidencias entre nosotras.
El machismo, ellos sí lo defienden, pero nosotras en las marchas sí percibo que cada quien marcha por su propio lado; no todas las mujeres estamos listas para ser compañeras de otras chicas.
8) ¿Qué cambiarías de la sociedad?
Es como muy utópico, pero a mí sí me agrada el tema de la anarquía, pero no desde el concepto que se piensa, creo que la anarquía habla de hacer las cosas sin gobierno, por uno mismo.
Yo leía el tema de la anarquía rusa y ese concepto que ellos tienen se relaciona con este poder de la sociedad a gobernarse por sí sola, y yo lo veo cuando hay desgracias, por ejemplo, el sismo, la gente se organiza sola sin que reciba instrucciones del gobierno.
Raquel Hoyos y la literatura: “No somos huérfanas, tenemos una genealogía de escritoras que nos ha abierto el camino. Lamentablemente, la mayoría de ellas ha sido invisibilizada”
1) ¿Cuál es tu nombre completo y desde hace cuánto tiempo te dedicas a la escritura?
Raquel Hoyos Guzmán. Escribo cuento y poesía desde hace casi dos décadas, pero, de manera profesional, llevo cinco años como cuentista. En este tiempo he participado en diversas convocatorias y se han sumado varios proyectos: dos libros publicados, colaboración en antologías y revistas, becas de escritura y coordino talleres y espacios separatistas para que las mujeres escribamos en comunidad.
2) ¿Ha sido fácil o difícil incursionar en ella?
Hace varios años, veía como algo lejano dedicarme a la escritura, sobre todo porque no tenía confianza en mí, era muy insegura. Tenía el típico síndrome de la impostora, que aún me llega a molestar a veces. Y no es que ahora crea que escribir es fácil, lo considero como un trabajo al que le tengo que dedicar mucho tiempo, pero que disfruto y me apasiona. A lo largo de estos años, gracias a los talleres, a la lectura y al apoyo de otras escritoras, he logrado tener las herramientas para crear mis textos. Eso se combina con que ahora tengo seguridad en mi voz y en que lo que quiero expresar es importante. Escribo lo que quiero, sin limitarme.
3) ¿Has sentido discriminación en tu oficio debido a que eres mujer?
Sí, definitivamente lo he experimentado. Aún vivimos en un sistema machista en el que a las mujeres se nos minimiza. Muchos escritores hombres piensan que lo que escribimos las mujeres no tiene importancia; aunque no sean escritores, lo hacen. Me ha pasado en entrevistas o presentaciones a las que me invitan que más que hacer una pregunta o comentario constructivo, buscan atacarte, subestimar tu trabajo. Eso lo han vivido varias compañeras.
Como cada vez creamos más espacios, hacemos escuchar nuestra voz y trabajamos en visibilizar la escritura de otras mujeres, ciertos hombres se sienten amenazados, les incomoda la crítica o simplemente creen que son los únicos que tienen algo que decir. En los talleres mixtos, las mujeres suelen sentirse incómodas por las actitudes de sus compañeros; ellos acaparan la palabra, minimizan los textos de ellas, incluso llegan a acosarlas. El ámbito literario, como todos, está repleto de “señoros” con una visión machista y retrógrada con la que tenemos que estar lidiando.
4) ¿Reconoces el camino histórico de las mujeres para que tú y otras escritoras estén ejerciendo sus profesiones?
Por supuesto. No somos huérfanas, tenemos una genealogía de escritoras que nos ha abierto el camino. Lamentablemente, la mayoría de ellas ha sido invisibilizada.
Se ha dicho muchas veces que las mujeres no escribían o no lo hacían tanto como los hombres; más bien, no se les daba la oportunidad de publicar, no las tomaban en cuenta.
Estoy muy orgullosa del trabajo que han hecho y están haciendo muchas mujeres para rescatar el legado de otras escritoras, pues gracias a esos referentes que nos preceden es que tenemos la libertad de hablar sobre lo que nos importa.
Por ejemplo, a mí me gusta recurrir a la Ciencia Ficción para crear mis historias, pero hasta hace algunos años pensaba que no podía adentrarme en dicho género, que sólo era para los considerados grandes escritores, que hablaban de conflictos geopolíticos y creaban gruesas novelas. Las que me abrieron el camino fueron escritoras que hablan de lo que a mí, como mujer, me importa. Al reflexionar sobre esta construcción del mundo bajo la mirada masculina, me di cuenta que a nosotras no nos beneficia ni estamos incluidas en su idea de “progreso” o en visión de futuro; sin embargo, me encontré con historias en las que me vi reflejada y me di cuenta que también yo puedo escribir dentro de los géneros especulativos y sobre los temas que me interesan.
5) ¿A qué escritoras admiras?
Es una larga lista. Hace una década no podría haber enumerado a la cantidad de escritoras que conozco y admiro ahora. Entre las primeras que leí están Alfonsina Storni, Almudena Grandes, Anne Rice, Elena Garro, Guadalupe Dueñas, Amparo Dávila. Más actuales: Mariana Enríquez, María Fernanda Ampuero, Samanta Schweblin, por mencionar a algunas. Pero también admiro a mis contemporáneas, que son mis referentes y colegas; por ejemplo, Xóchitl Lagunes, Olivia Guarneros, Lola Ancira, Gabriela Damián, Enid Carrillo, Carmen Macedo. Repito, es una larga lista y estos son sólo algunos nombres.
6) ¿Qué significa para ti ser mujer?
Es una pregunta muy difícil porque, para empezar, considero que ser mujer ha sido un constructo histórico y social, a partir del cual, nosotras hemos vivido situaciones muy específicas que nos han determinado; como dijo Simone de Beauvoir “no se nace mujer, sino que se llega a serlo”.
Entonces, en este momento y para mí, ser mujer significa reclamar mis derechos y los de todas a vivir una vida libre de violencia, a tener una voz y a decidir sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos; reestructurar ese sistema patriarcal bajo el que por años hemos vivido subordinadas, tanto en los espacios privados como públicos.
7) ¿Crees que aún siguen muy marcados los estereotipos para dedicarse algún trabajo que supuestamente no es para mujeres?
Sí, aunque se ha avanzado un poco, aún nos creen incapaces o no aptas para determinados trabajos. Lo más absurdo es que no sólo sea en cuestiones físicas, sino también intelectuales. Se piensa que nosotras por naturaleza somos frágiles, “maternales” y se nos relaciona con los cuidados; mientras a los hombres se les relaciona con rudeza, fuerza física. Las personas somos tan diversas que esas categorías son anacrónicas, sólo un pretexto para perpetuar la relación de poder y dominación de los hombres sobre las mujeres.
8) ¿Qué cambiarías de la sociedad?
Muchas cosas, pero en cuanto a este tema, la violencia machista y los roles de género. Necesitamos ser más empáticos y empáticas como sociedad para entender lo que vivimos las mujeres en el día a día, desde situaciones que se han normalizado, como cosificarnos, ponernos en el papel de cuidadoras, que debemos hacernos cargo de la crianza, del cuidado de personas enfermas o mayores, limitarnos a las actividades del hogar, hasta la exposición a la violencia, tanto en la calle como en nuestros propios hogares.
Nos hemos acostumbrado a ver todos los días noticias sobre mujeres que denuncian ser víctimas de algún tipo de violencia, o de desaparecidas, asesinadas, que ya no les prestamos atención; pareciera que no nos indigna, que es algo cotidiano. Ser mujer es estar expuesta todo el tiempo a diversos peligros y estamos cansadas de vivir así. Me gustaría vivir en un mundo en el cada niña y cada mujer pudiera vivir segura.
Necesitamos prestar atención, no ser indiferentes, alzar la voz; y en lugar de criticar lo que hacen los movimientos feministas, cuestionarnos qué estamos haciendo por terminar con esa violencia. Considero que la literatura es muy importante en este cambio y ayuda a generar empatía.
Angie Rocker y la música: “Creo que ser mujer es más allá de lo biológicamente, yo sí creo que también en esto de ser transincluyente, las disidencias, en todas las formas de cómo nos identificamos en género y sexualidad, entonces, ser mujer también significa ser libre, crear”
1) ¿Cuál es tu nombre completo y desde hace cuánto tiempo te dedicas a la música?
Mi nombre es María Angélica Martínez Vargas, mi nombre artístico es Angie Rocker y llevo en la música, ya tal cual,componiendo, voy para seis años
2) ¿Ha sido fácil o difícil incursionar en ella?
Ha sido difícil, pero por la cuestión de la disciplina y también la falta de espacios remunerados, porque puedes tomar cualquier espacio y convertirlo en un escenario, pero que sea un trabajo remunerado a veces es complicado, porque o te dedicas a otras cosas para financiar la música o te centras en la música, pero desde muchas partes. Entonces, esa es la parte complicada de esta carrera.
3) ¿Has sentido discriminación en tu oficio debido a que eres mujer?
Hasta hace algún tiempo yo contestaba que no, hasta que me di cuenta que a veces es como complicado de que se fijan mucho si eres mujer y hombre, y justo platicaba con un amigo que a veces la exigencia es como mucho más grande, es como si tienes que demostrar que eres una buena música, que sabes tocar, que sabes lo que estás haciendo más que si fuera otra persona, un hombre, por ejemplo.
Siento, personalmente, que sí hay una exigencia mayor de demostrar que estás en ese escenario, porque te lo mereces; sí es fuerte esa cuestión.
Eso y la falta de espacios en radio, en tele, en cualquier medio que lo veas, pues sí es más usual ver a hombres en las portadas, a lo mejor recientemente ya es como un poco más equitativo, pero a veces es por cuestión de cuotas y no es que debas cumplir una cuota si no que tienes que mejorar al buscar proyectos.
4) ¿Reconoces el camino histórico de las mujeres para que tú y otras músicas estén ejerciendo sus profesiones?
Sí, claro, lo mencionada que en este documental de “Rompan todo”, pareciera que solo eran mujeres esporádicas que aparecían por ahí, pero está la cuestión de la protesta con Judith Reyes, Margarita Bauche o Mayita Campos, o sea, hay mujeres que tuvieron que rifársela aún más en medio de toda esta vorágine de grupos de hombres y que fueron muy sexualizadas, incluso, ahorita todavía está ese tipo de cosas, pero sí han sido peleas por estos espacios.
Hay que reconocer, incluso aquí en Puebla, a las mujeres que iniciaron tocando y saber comunicar y también ayudarnos entre nosotras a documentarnos y a reconocernos, incluso, ahorita, creo que todo el trabajo que están haciendo otras compañeras, no solo en la música, nos sirve un poco para ir avanzando.
5) ¿A qué músicas admiras?
Yo creo que a muchas, de la escena nacional admiro mucho a Ely Guerra, a Denisse Gutiérrez de Hello Seahorse, a Rita Guerrero, por todo lo que simboliza a la fecha, también a mis colegas desde Aletia, Sandra Derkiel, Esmeralda Guillén, Diana Lara, Renata Tapia, Sombra HH; somos varias, se me olvidó alguien seguramente. Todas estas mujeres que he conocido me gusta ver su trabajo, reconocerlo, replicarlo, en este caso también, y creo que todas esas luchas de todas las mujeres que están creando son interesantes.
Incluso, las que no sean tal cual del rock como Madonna, otras mujeres, Toña la Negra, por ejemplo, en el bolero, es interesante detenerse a escucharlas y ver qué es lo que proponen.
6) ¿Qué significa para ti ser mujer?
Ser mujer simboliza como esta lucha también por todo el rol que nos ha tocado cumplir en la sociedad, pienso mucho en mi mamá, en mis abuelas, en mis bisabuelas, en todo lo que han tenido que atravesar, pues resignificar todo eso y ser más empáticas con todo las realidades que tal vez no nos han tocado a nosotras tal cual.
Y creo que también ser mujer es más allá de lo biológicamente, yo sí creo que también en esto de ser transincluyente, las disidencias, en todas las formas de cómo nos identificamos en género y sexualidad, entonces, ser mujer también significa ser libre, crear, creo que va más allá de ir modificando los roles impuestos, finalmente, somos seres humanos que quieren vivir libres, en paz y sin violencia.
7) ¿Crees que aún siguen muy marcados los estereotipos para dedicarse algún trabajo que supuestamente no es para mujeres?
Sí, siguen como muy marcados, en la música de que debes ser como muy sensual o enmarcar tu feminidad o hacerla muy notoria, y digo, está chido jugar con eso, pero no porque tenga que ser así, uno juega con eso porque es parte de tu esencia o de cómo te quieres vestir o lucir.
Entonces, pues sí, creo que todavía está como muy marcados de qué es lo que debes de hacer incluso en la música: debes de sonar de tal forma o no debes de utilizar ciertos palabras o temas que son muy fuertes, etcétera.
8) ¿Qué cambiarías de la sociedad?
Yo creo que esta cuestión de no ser empáticos y de no entender las distintas realidades en las que nos desarrollamos cada uno de nosotros, eso y también la cuestión de la educación y el respeto, porque de repente a todos se nos da como juzgar realidades ajenas o estarse entrometiendo, porque no creo que sea nuestro papel. Sí ser consciente y sí señalar ciertas cosas, pero no nada más por el chisme, digo, a todos nos gusta, pero no está chido cuando ya transgredes a alguien más.