El nepotismo en México no se castiga, por eso muchos puestos de elección popular no necesitan méritos, sino vínculos con quienes ya ocupan un cargo.
En cualquier organización, los tratos preferenciales resultan dañinos para el ambiente laboral.
El repertorio de parientes en la lista de diputados y regidores panistas ya es escandalosa.
Destaca el caso de Amparo Acuña, esposa del presidente del Comité Municipal de Acción Nacional, Jesús Zaldívar, que va en la planilla de regidores de Mario Riestra.
Chucho, como siempre, ya minimizó las quejas de los militantes del partido justificando la “competitividad” de su pareja.
¿En serio?
Zaldívar Benavides anda muy agrandado, como si no supiera que está acusado de corrupción, desvío de recursos y ejercicio indebido de funciones públicas, uso ilícito de atribuciones y tráfico de influencias durante su administración como Director en el Colegio de Educación Profesional Técnica del Estado de Puebla.
Tan crecido está que hace unos días se atrevió a tuitear Qué pensaran las bases de MORENA que se quedaron en la banca viendo cómo los “prianistas” se hicieron de su partido, en referencia al gobernador Tony Gali.
Se le olvidó, como se le olvida a los malagradecidos, que el ex gobernador lo salvó del desempleo y el olvido, pero en la soberbia la falta de memoria es normal.
Para el 2 de junio van, para variar, los de siempre, por eso hay panistas hartos que prefieren bajar los brazos o apoyar a Alejandro Armenta.