El Senado comenzó a corregir los vicios creados en los últimos cinco años y que ha llevado a abonar en la inconstitucionalidad de leyes y reformas por violaciones al debido proceso legislativo, pues los senadores ya no podrían “dejar su voto” y retirarse de las sesiones de comisiones porque tengan otras cosas qué hacer; deberán estar en las sesiones, aunque sea de manera virtual, para cantar su voto.
Las decisiones de la Corte llevan al Senado a tener atorados 200 dictámenes que ya estaban aprobados por alguna de las comisiones turnadas, pero que tendrán que volverse a someter a votación, porque fueron turnados a comisiones unidas y tendrán que sesionar en esa calidad, ya no por separado.
Ahora, en las sesiones de comisiones de ayer jueves, los presidentes informaron que los senadoresno se pueden retirar de las sesiones y “dejar su voto” o firmar su voto antes de que comience la sesión.
La Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos establece que “el voto es una obligación y un derecho de cada senador, personal e intransferible, por medio del cual decide libremente sobre los asuntos sometidos a su consideración”.
El artículo 97 del Reglamento del Senado explica que “la votación puede ser: nominal, económica o por cédula. Es nominal cuando cada senador emite su voto después de identificarse por su nombre y apellidos, sea en voz alta o a través del Sistema Electrónico.
Es económica cuando se levanta la mano para expresar el sentido del voto, en favor, en contra o en abstención, a requerimiento de la Secretaría y es por cédula cuando se eligen personas a través de una papeleta que se deposita en una urna”, precisa.
Mientras que el artículo 150 del mismo Reglamento dice que “las decisiones en las comisiones se adoptan con el voto de la mayoría absoluta de sus integrantes presentes.
Las votaciones sobre dictámenes o resoluciones requieren de la mayoría absoluta de los integrantes de la respectiva comisión. Los dictámenes y resoluciones que se producen bajo la modalidad de trabajo en comisiones unidas son aprobados por la mayoría absoluta de los integrantes de cada una de las comisiones que participan”, precisa.
Y así siempre ocurrió en el Senado, pero desde 2019, poco a poco, las votaciones comenzaron a variar, al grado que ya era común que los senadores dejaran sus votos y se salieran de las comisiones.
Uno de los ejemplos fue el 27 de marzo de este año, cuando Olga Sánchez Cordero, a pesar de ser la presidenta de la Comisión de Justicia, decidió salirse de la sesión que presidía para acudir a un foro que ella había organizado y ante la mirada atónita del resto de los senadores que trabajaban en la Comisión, ella informó que dejaba su voto en favor y se fue.
ACUSAN OMISIONES DE LA CORTE
La presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera, informó que analiza utilizar la facultad legal que tiene para urgir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a resolver los temas que tiene pendientes, pues no es posible que resuelva primero la controversia por los libros de texto gratuitos y siga sin definir la obligación del pago de impuestos para algunas personas.
Insistió en que si bien el Senado está obligado a nombrar a los comisionados del Inai”, el cumplimiento de tales deberes es complejo y no depende de la voluntad de una sola persona ni de usar sola fuerza política”.
La morenista aseguró que “no se trata de iniciar un pleito con un Poder, se trata de evidenciar que todos los poderes tenemos nuestras propias complejidades al interior, porque no es justo que se haga un escarnio sobre el Poder Legislativo.
Hemos sido nosotros tolerantes y muy respetuosos, cuando ellos también tienen omisiones muy grandes y que por algún motivo no lo han podido resolver; entonces se trata de que, como Poderes de la Unión asumamos nuestro papel en la República como nos corresponde, sin convertirnos en el Poder que somete o que humilla o que evidencia al otro, porque también ellos traen atrasos importantes y sus motivos tendrán.
Con información de excelsior.com.mx