El ex Secretario de Gobernación Julio Huerta prácticamente ha firmado su pase al basurero de la historia tras su salida de la dependencia que sólo utilizó como un trampolín político, aunque no con mucho éxito.
Y es que luego de la presión nacional que recibió de personajes como Mario Delgado, Gerardo Fernández Noroña y no dude usted que del propio Adán Augusto López Hernández hombre de todas las confianzas de López Obrador, el heredero del hierbero barbosista tuvo que renunciar para ahora sí intentar hacer crecer sus pírricos números con miras al 2024.
Ante la salida necesaria de nuestro gris personaje el cual representaba todo lo que significó la noche barbosista en Puebla, ahora tendrá que permanecer bajo el cobijo de la aspirante favorita de Palacio Nacional Claudia Sheinbaum Pardo, pues aunque algunos colegas insistan en colocarlo como un estratega y hombre de estado que hacía política, la realidad es que es más de lo que fue el barbosismo: “represión, autoritarismo, persecución, venganzas y peleas imaginarias”.
Es así como el barbosista Julio Huerta tendrá que operar bajo la sombra que le pueda dar la corcholata – como la llamó el presidente López – pues ya no podrá utilizar para sus intereses la poderosa Secretaría de Gobernación que le entregaron más por compromiso que por su habilidad de conducir la política interna del estado.
Era evidente que Huerta utilizaba descaradamente la dependencia para sus ridículas aspiraciones de gobernar Puebla, además de utilizarla como instrumento de presión ante la clase política y mediática de nuestra entidad para llevar agua al molino de la ex jefa de gobierno capitalino, es decir, utilizaba la Secretaría de Gobierno para ser suspirante local, favorecer a Sheinbaum frente a Marcelo, Adán, Noroña, Velasco y Monreal, mientras que en sus ratos libres se dedicaba a ser funcionario que velaría por la gobernabilidad.
¡No pues gracias por lo que le tocaba a Puebla!
Ahora sí, sin los recursos de la Secretaría de Gobierno y la presión del estado, tendrá que demostrarle a Sheinbaum que es un ‘coordinador de lujo’ lo cual se ve difícil en un personaje que representa todo lo contrario de lo que necesita Puebla: Santa paz.