La madriza que le recibió el guardia de Lomas de Angelópolis es sólo la punta de iceberg de los abusos de los ricos —o que se creen— en Puebla.
Al protagonista del video le hicieron creer que era intocable.
“¿Te gustó tu putiza?” ❌ ¿Qué ven estos jóvenes en casa para reaccionar así contra otra persona?
— CAPITAL (@CapitalPueblaMx) November 29, 2023
Justicia para el guardia agredido en Lomas de Angelópolis. pic.twitter.com/TSoAJOUVcG
Y no sólo sus padres, también la sociedad. La eterna batalla: ricos contra pobres.
Hoy, escondido en algún lugar de California, Patricio N. debe pasar todo el día pensando en cómo echó a perder la vida de su familia.
No es poca cosa.
Hay minutos que te marcan para siempre.
Los llamados “juniors” —que como lo indica su etimología, son hijos de alguien— disfrutan de su posición económica sin mayores preocupaciones y ya casi se apropiaron de todo: hasta de los lugares para personas con alguna discapacidad física.
Y nadie hace nada.
En el Auditorio GNP de Puebla, con capacidad para 10 mil 500 personas, hay asignados menos de 50 lugares para personas en silla de ruedas.
Es un palco que se encuentra del lado izquierdo del escenario, que cuenta con 2 letreros que se ven desde cualquier punto del auditorio.
En los conciertos, no se respeta la zona. Falta un letrero que diga que está prohibida la entrada a juniors.
El encargado de revisar que todo marche de forma correcta en cada evento es el equipo de Protección Civil Municipal.
Ya tiene rato que el Ayuntamiento de Eduardo Rivera está rebasado y que cada movimiento que hacen es pensando en la campaña. En el dinero para la campaña, pues.
O no saben hacer su trabajo o les dieron su mordida.
No hay más.
Algo tengo claro: algunos juniors pueden parecer simpáticos, pero en realidad son personajes patéticos.
En vez suscitar admiración, deberían darnos lástima.