Este 3 de noviembre, con la toma de posesión de Blanca Yassahara Cruz García como consejera presidenta del IEE, inicia una nueva era en ese órgano electoral local, la cual podría ser muy corta y la última de su historia, pues la reforma electoral del presidente López Obrador propone la desaparición de las autoridades comiciales estatales.
De ese modo, la Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, electa para 7 años, podría ser la última persona al frente del Instituto Electoral del Estado, creado en el año 2000, y que se ha visto envuelto en diversos escándalos, entre los que destaca la presunta elección fraudulenta como gobernadora de la finada Martha Erika Alonso Hidalgo.
Cruz García se convertirá en la primera presidenta electa del IEE, designada para un periodo completo, pues las otras dos mujeres que lo han encabezado, Sofía Marisol Martínez Gorbea y Olga Lazcano Ponce, solo lo han hecho provisionalmente, por unos meses.
La nueva presidenta del IEE enfrentará grandes retos, entre los que destaca el por fin hacer confiable al instituto ante los ojos de la ciudadanía.
Asimismo, tendrá que afrontar desafíos como la permanencia de privilegios o influyentismos de unos cuantos, que afectan la igualdad laboral y el profesionalismo.
Se espera que en la nueva era del IEE se superen las épocas oscuras de Jorge Sánchez Morales, Armando Guerrero y Jacinto Herrera Serrallonga, quienes fueron totalmente sumisos y parciales; el primero ante Mario Marín Torres, los otros dos, ante Rafael Moreno Valle Rosas.
Es oportuno agregar que recientemente el partido Morena acusó al INE de esconder una presunta encuesta en la que la mayoría de la población apoyaría la iniciativa impulsada por el titular del ejecutivo federal (López Obrador)
Lo anterior confirma que el político de izquierda no quita el dedo del renglón de lograr modificar el órgano comicial, pues su proyecto busca reducir el número de consejeros y quitar presupuesto o financiamiento a los partidos políticos para actividades ordinarias.
Sin embargo, consejeros del INE, como Ciro Murayama, han negado los señalamientos vertidos por el instituto guinda.