¿Qué poder o quién protege a la directora del nivel de primarias en el estado, Jovita Lucina, al grado de que custodia a dos personajes que fueron acusados de “esconder” abusos e intentos de violación en el internado Julián Hinojosa en Puebla?
En noviembre del 2022 se documentó que un menor de edad sufrió un intento de violación en ese plantel.
Al final de cuentas se destituyó al director del internado, Mario Hernández Pérez, y al supervisor de la zona 066 de internados, Carlos Castellanos Martínez, por órdenes del entonces gobernador, Miguel Barbosa Huerta.
Han pasado prácticamente dos meses y dichos personajes no han sido ubicados en sus respectivas escuelas a que den clases, como la ley lo estipula.
Los familiares de los afectados me cuentan que los está protegiendo la maestra Jovita Lucina, quien les está buscando un nuevo puesto directivo. Sí, así como lo lee.
Incluso, cuando sucedieron los hechos de sus destituciones, por ley tenían cinco días para entregar el puesto, pero pasó más de un mes que proporcionaron el cargo. Se sienten poderosos aún.
¿Esto lo sabrá el secretario de Educación, José Luis Sorcia Ramírez, o el mismo gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina?
O quizá no lo saben, y en todos estos cambios políticos y sociales que se han presentado en la entidad, los está aprovechando la maestra Jovita para hacer y deshacer lo que a ella le convenga por “salvar” a sus amigos.
Los familiares del menor que fue víctima de violación exigen justicia y que los exdirectivos que permitieron ese abuso y muchos más, sean castigados.