Lo han intentado todo, pero el Museo Barroco no levanta. No es el espacio cultural de nivel mundial que prometieron Rafael Moreno Valle y los suyos.
Poco ha aportado para la cultura del Estado.
El gobernador electo, Alejandro Armenta, hace bien en levantar la voz. Lo persiguieron por denunciar este abuso en el gasto del presupuesto público.
La obra morenovallista, diseñada por arquitecto japonés Toyo Ito de 18 mil metros cuadrados, nos terminará costando 11 mil millones de pesos a las y los poblanos, que tenemos la deuda hasta 2039.
La constructora del recito pertenece a La Peninsular, cuyo accionista principal es Carlos Hank González, amigo personal de Rafael.
Los números del MIB son de escándalo.
Tan solo para su operación, el Barroco requiere de 31.9 millones de pesos que se entregan a la empresa que se encarga de administrarlo. Desde su creación existe un contrato tripartita, formado por la SEP, Banorte y una operadora que es una Asociación Pública Privada.
No hay que ser un genio en administración pública para saber que hay excesos y precios inflados en el proyecto.
Además del museo, 16 obras morenovallistas fueron financiadas a través de los famosos PPS (Pago por Prestación de Servicios), aunque la administración de Moreno Valle sólo reconoció 3.
Un museo que nos pudo costar 600 millones, terminará en 11 mil millones de pesos.
En su afán de intentar ser el mejor gobernador en la historia de Puebla, Rafael Moreno Valle fracasó y nos endeudó como no lo había hecho nadie.
Ahí está su monumento a la corrupción, en el Bulevar Atlixcáyotl 2501 y la entrada general cuesta 95 pesos.