Esta falta de oportunidades laborales y la exclusión del mercado laboral la atribuyen particularmente a los requisitos de experiencia que piden las empresas, a la falta de vacantes en su campo de estudio, y a los malos sueldos y salarios.
La falta de oportunidades laborales y de empleos de calidad empuja a los jóvenes universitarios a refugiarse en el trabajo independiente; se convierten en trabajadores autónomos por necesidad, no por decisión. Aunque la educación superior mantiene un bono importante como vía para mejorar el acceso al mercado de trabajo.
Actualmente, el 33% de los egresados no tienen trabajo y un 24% de los graduados labora bajo esta modalidad, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Egresados 2022 (ENE) de la Universidad del Valle de México (UVM). Y apenas un 10% tiene un negocio o empresa propia.
Las razones principales por las que los jóvenes consideran encontrarse en estas situaciones son las malas condiciones del mercado laboral, en términos de salarios, sueldos o puestos de especialización.